Hay quienes piensan que el enfrentamiento de López Obrador con Estados Unidos sobre el T-MEC encontrará una rápida solución. El pragmatismo presidencial se impondrá sobre su temperamento, su antiyanquismo, su soberanismo. Antes del plazo de 75 días para que se instaure el panel de solución de controversias, se llegará a un acuerdo. Esta tesis descansa en dos pilares: ceder en los hechos ante todo lo que Washington pida, pero declarando simultáneamente que se ganó todo y se conservó la soberanía.