La improvisación, caprichos personales, la persecución furiosa de fantasmas, el desprecio por los técnicos y profesionistas, ignorancia y falta de mesura. Una mezcla explosiva. La democracia mexicana vive horas definitivas.
La improvisación, caprichos personales, la persecución furiosa de fantasmas, el desprecio por los técnicos y profesionistas, ignorancia y falta de mesura. Una mezcla explosiva. La democracia mexicana vive horas definitivas.