Todas las invenciones humanas son falibles. Incluso aquellas que más atención reciben. Francis Bacon afirmó que el conocimiento surge más fácilmente del error que de la confusión. El Hindenburg se desplomó. El Titanic se hundió. Un ejemplo, por más investigaciones millonarias que se realizan, por más pruebas a que se les somete, los medicamentos con cierta frecuencia tienen consecuencias “secundarias” y también algunas no previstas. Boeing está viviendo días difíciles. Su modelo 737 MAX ha presentado varios incidentes. Si eso ocurre en ramas con tecnologías sumamente avanzadas e instrumentos de altísima precisión, qué decir de las ciencias sociales.