En la maravillosa Sala Nezahualcóyotl escuchamos a la banda o grupo musical o pequeña orquesta. Su misión: reivindicar sus raíces y proyectarlas a nuevos horizontes. Una dotación pequeña, como se acostumbraba en las orquestas rurales. Diez personas, que investigan, ejecutan y entregan su vida a su natal Oaxaca. Notable: educan en música. ¡Qué riqueza la de nuestro México! La del México mestizo, porque el clarinete no nació en estas tierras, tampoco el contrabajo, la guitarra (Asia Menor), los violines, la trompeta o las mandolinas. Pero ¿acaso eso les resta algún mérito? Por el contrario, eso amplía su mundo, lleva a otros universos musicales: chilenas, pasos dobles, sones, jarabes etc. Los instrumentos son resultado de mestizajes: Allí estuvo el bajo mixteco o la batería mixteca. La “Neza” se viene abajo en aplausos. Pasatono -nombre del grupo- ya es internacional, ha pasado por Nueva York y otras grandes urbes.