El gobierno de Sheinbaum tiene un gran reto en materia de seguridad, pero le es difícil enfrentarlo por las marañas que arrastra. La primera y más evidente es la herencia de los “abrazos, no balazos”.
El modelo ideológico de AMLO se enfoca en atender las supuestas causas de la inseguridad: la pobreza y la desigualdad. En ambos rubros hubo avances, pero el crimen organizado se expandió. Siguen existiendo las condiciones para que un muchacho de 17 años haya aceptado asesinar, en una plaza pública repleta de gente, al presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo.