Sheinbaum presume con regularidad la caída de los homicidios dolosos. Necesita convencer a los mexicanos que su estrategia de seguridad está funcionando, pero no puede explicar bien en qué consiste porque es radicalmente distinta a la de AMLO. La intransigencia de Morena contra cualquier crítica la alcanzaría si osara distanciarse claramente del fallido “abrazos, no balazos”. Peor aún, correría el riesgo de ser acusada de ser como Calderón.