El sainete bananero con España es importante en sí mismo, pero no debe borrar o diluir el verdadero problema de López Obrador, y la razón profunda de su pataleta: el Houstongate que está devorando su presidencia. Sí vale la pena reflexionar sobre las barbaridades que ha dicho a propósito de las relaciones con España, pero sin olvidar ni un momento la agudización del escándalo de la Casa gris de su hijo y su nuera en Estados Unidos. Cada día que pasa sin que Palacio o Conroe presenten los documentos exculpatorios o explicativos de la residencia “alquilada”, crecen las sospechas de que hay gato encerrado.