A plena luz del día estamos viendo dos fenómenos: la concentración del poder en Morena y la radiografía de dos de las redes criminales enquistadas en este movimiento.
Con el Poder Judicial bajo su control y limitado con la nueva reforma a la ley de amparo, viene ahora la vuelta de tuerca final: quitar el fuero a los legisladores. Quien se pelee con el poder no tendrá protección jurídica.