Los gobiernos van dejando cicatrices cuando toman decisiones equivocadas. La nacionalización bancaria de 1982 explica en buena medida la baja penetración bancaria en México comparada con la de Brasil. Los primeros 6 bancos de América Latina son brasileños y el más grande, Itaú, administra más activos que los tres bancos más grandes de México. La nacionalización fue una respuesta equivocada a una serie de problemas reales: caos en el mercado cambiario, un gobierno sin reservas de dólares, alta inflación y una profunda caída de la economía mexicana.