No recuerdo a nadie tan visiblemente desquiciado como Javier Milei que haya sido electo presidente. Sus afirmaciones de tener comunicación con su perro muerto son propias de un loco. Sus manías como no cepillarse el pelo, visiblemente ridículas.
No recuerdo a nadie tan visiblemente desquiciado como Javier Milei que haya sido electo presidente. Sus afirmaciones de tener comunicación con su perro muerto son propias de un loco. Sus manías como no cepillarse el pelo, visiblemente ridículas.