Nunca antes el conocimiento puedo llegar a tantos, ni la ciencia había tenido el avance meteórico de nuestros días. El Hubble y sus nuevos horizontes, no caben en el asombro. El descubrimiento del ADN ha puesto al alcance de los mortales medicamentos para enfermedades que pensábamos maldiciones incurables. La
ingeniería genética abrió el camino a la vacuna de la hepatitis B, a la hormona de crecimiento, a los tratamientos de coagulación, al nuevo tipo de insulina recombinante, para los 600 millones que padecen diabetes mellitus. También la psoriasis o la atrofia muscular son curables.