“En la educación pública obligatoria ha prevalecido un discurso que argumenta las desigualdades sociales, económicas y culturales sobre la base de cualidades individualizantes como son las ‘inteligencias’, ‘competencias’, ‘talentos’, ‘facultades innatas’, ‘dones, que tienden a ser estandarizadas y objetos de
medición para distinguir a unos de otros bajo la lógica de que existen infancias inferiores que fracasan y otras que son superiores y destacan.”