Para Rabindranath
Tagore la historia es -en esencia- la evolución del ser humano. El cimiento es
un marco ético que defina los rumbos, una creación humana. Las historias
nacionales son piezas del mapa general. Dicen mucho. Una gran diversidad
caracteriza al mundo, pero, por eso nos obliga a ciertos asideros conceptuales
intocables. Francisco, llevó su fe a Jordania, Palestina, Israel, Timor
Oriental, Indonesia. Buscó tolerancia. León XIV, lanza las primeras señales:
migraciones, convivencia pacífica, defensa de la medicina. Sin decirlo, mira a
Trump. Más allá de la fe religiosa, las iglesias pueden ser fuentes de
civilización, también de guerra. En tiempos convulsos y de confusión, la ética,
es un arma muy poderosa, quizá la más. ¿Hitler o Stalin?