La trágica e innecesaria muerte de 40 migrantes en Ciudad Juárez hace algunas semanas es consecuencia de una serie de decisiones de política pública tomadas por los Gobiernos de México y de Estados Unidos. No se trata de un accidente, en el sentido de que era imprevisible o inevitable. De ninguna manera. La tragedia proviene de la política migratoria puesta en práctica por los presidentes Andrés Manuel López Obrador, por una parte, y Donald Trump y Joe Biden, por la otra.