Los relatos se hacen creíbles cuando se construyen con cifras forjadas con el método científico. Este enunciado se confirma con el nuevo encontronazo entre la DEA y el presidente por unas cifras difundidas por la primera.
Ese choque se liga con un absurdo. Pese al protagonismo de las organizaciones criminales, carecemos de algo tan elemental como un diagnóstico confiable sobre la evolución de su poderío. Es posible que los gobiernos de México y Estados Unidos hayan optado por no hacerla para no alarmar a la ciudadanía.