Frente al ataúd de su madre -a quién Borges miraba sin verla- una amiga de la fallecida se acercó al grandioso escritor y le susurró: ”Lástima, unos meses y Leonor hubiera cumplido 100”. A lo cuál -con su ironía característica- espetó: “Pero qué obsesión con el sistema métrico decimal”.