No recuerdo la ciudad del encuentro. Yo me quejaba amargamente de la complejidad de nuestra frontera con Estados Unidos: migración, armas, cruce de mercancías, etc. Mi interlocutor, un andaluz muy andaluz y socialista de verdad, me miró con asombro. Sin más atajó mi argumento, pero Federico, me dijo, que daría España por tener un kilómetro de frontera con Estados Unidos. ¡Imagínate lo que podríamos venderles! Los dos reímos.