MONUMENTOS
Allí están de nuevo. Esas columnas blancas que se elevan al cielo y lo perforan. Son todo lo contrario a esos
gigantes aborregados, también blancos, hermosos y peligrosos a la vez -cumulonimbos- cuyas inconmensurables fuerzas al interior ascienden y descienden y son capaces de destruir al mayor pájaro creado por el ser humano. En ellas puede aparecer el gris que delata su función en este mundo: acumular humedad y transportarla. Y así viajan y crecen, hasta que, por fin, implosionan. Esparcen vida en forma de gotas, de granizo, de rayos. Todo revive después del largo estiaje.
Pagar
Quien viaje esta Semana Santa desde el AICM pagará 1 090 pesos si se trata de un vuelo internacional y 575 si es nacional. Es la llamada Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA). En el 2023 el AICM movió a 48.4 millones de pasajeros, de los cuales más de 24 millones despegaron y por lo tanto pagaron la TUA. Ese dinero no se ve. Al aeropuerto le urge mantenimiento y obras nuevas.
La charola
Una credencial de 1984 ejemplifica la fortaleza de la complicidad entre funcionarios y criminales, y la tolerancia de los presidentes mexicanos con ella.
DE REFRANES Y FALSOS AMORES
Hay refranes que regalan sabiduría. Lo hacen decforma breve, y puntual. La Real Academia los ha definido de manera precisa:c“Dicho agudo y sentencioso de uso común”. Los hay para todos los temas: “Máscvale pájaro en mano que cien volando”, cargado de un pragmatismo. También de locque pretende ser realismo amoroso: “Un clavo saca a otro clavo”. Pero los refranesc-que gozan de muy buena fama- también pueden ser veneno puro
LA JAULA DEL ODIO
¿Cerebro o corazón? ¿Enojo? Sin duda. Tiene dos motivos, la irracionalidad y una tristeza profunda. La desesperación por la miopía merodea. Pero ¿es miopía? No, es desprecio a la vida.
Un peligro
Tras un sexenio de estabilidad macroeconómica y una notable revaluación del peso, AMLO cierra su gestión con el mayor déficit público desde 1988. El gasto público va en franca expansión. El costo de las elecciones es muy alto, incluyendo tanto lo que no se presupuesta (las bardas pintadas con propaganda y los acarreos) como lo que sí (como el aumento del 25 por ciento de las pensiones no contributivas).
Cero y van siete
No es el único, por supuesto que no. Con Andrés Manuel López Obrador llegamos a siete presidentes incapaces de frenar el crecimiento de la violencia atribuida al crimen organizado.
¡AHORA AUTOCRÁTICOS!
La nota me entristeció y mucho. El Universal publicó los resultados de una investigación del Pew Research Center. Se trata de una de las instituciones más acreditadas que ha abierto brecha en muchas cuestiones de cultura política. No es partidaria, y vive de aportaciones de fondos de filantropía. La cabeza lo decía todo: “Uno de cada 2 mexicanos apoya la autocracia”. Las investigaciones de cultura política florecieron con las “olas” de democratización que describió Huntington. La democracia parecía, en la versión inicial, un futuro casi obligado. La apertura a la globalización, los mercados, apoyaban los procesos de democratización. El asunto no fue tan sencillo, China llegó a desbancar el paradigma. Se podía ser un país abierto a los mercados y mantener normas autoritarias. Huntington publicó otro texto de brillantes ensayos –Culture Matters– en que rectificó.
La polarización
Como falta evidencia que sustente la etiqueta de #narcopresidente, ubiquémosla en el arte mexicano de la difamación en la política.
¿QUIÉN ERES?
¿Distracción? Hay mucho de ello, no me refiero a la necesaria, que nos permite por un momento viajar fuera de este mundo: la música, el deporte, una buena exposición, la conversación misma. Por eso, desde la Antigüedad se le cultiva: teatro, declamación, los “cuenteros” de Islandia. Necesaria y optativa. La voluntad se impone. Pero en nuestros tiempos el asunto se invierte: la distracción se impone y nos convierte en sus esclavos. Basta con observar las “comidas gallinero” en las cuales todo mundo interrumpe a todo mundo e incluso -maravilla de la modernidad- abundan los que se ¡interrumpen a sí mismos! El polémico Daniel Kahneman explotó un petardo con Pensar rápido, pensar despacio.